Seguidores

jueves, 22 de octubre de 2009

El ruego del libro.

He aquí, niña mía,

que me han hecho tu amigo;

he aqui que cada día

conversarás conmigo.

Verás, cuando oigas locas

historias infantiles,

qué charladoras bocas

son mis hojas sutiles.

Yo te presento un hada

y te charlo del sol,

de la rosa encarnada,

prima del arrebol....

Mis hojitas nevadas

piden sólo un favor:

de tus manos roosadas

un poquito de amor.

Gabriela Mistral